martes, 24 de mayo de 2011

Nada.

Creo que ya no tengo nada que hacer aqui. Ni él va a volver, ni yo volveré nunca.
Ya ni inspiración me sirve. Ya ni inspiración quiere estar conmigo.

Lo siento, por todo lo que he fallado. Lo siento si no sé arreglarlo, si dejo las cosas rotas y ya no confío en nada.

Lo siento. Creo que ya no tengo nada que hacer aqui.

N.

miércoles, 18 de mayo de 2011

martes, 17 de mayo de 2011

Heavy~



Grr~~

Eresss más heavy que un osito de peluche.
Eres más heavy que una bailarina de ballet.
Eres más heavy que un gatito de colorines.
Eres más heavy que un zumo de naranja.
Eres más heavy que flubber.
Eres más heavy que un unicornio.
Eres más heavy que el color rosa chicle.
Eres más heavy que la lechuga.
Eres más heavy que una margarita.
Eres más heavy que Winnie the pooh.
Eres más heavy que las mariposas.
Eres más heavy que el algodón de azucar.
Eres más heavy que una nube.
Eres más heavy que unas zapatillas de conejitos.
Eres más heavy que la paloma de la paz.
Eres más heavy que una gominola.
Eres más heavy que la plastilina.
Eres más heavy que un sackboy.

Tiríi (8) :D

domingo, 15 de mayo de 2011

Ey, Herman

Bailar mata.

N.

Welcome to my hell.


Me rompí, me destrocé.
¿Sabes? Hoy, ahora mismo, no me importa quien lea esto, si lo entienden o si creen que es una historia ficticia.

Creía que podía pasar de todo, morir, destrozarme, que no podía pasarlo peor de lo que ya lo pasé, que había llegado a lo más bajo. Pero ahora sé que hay cosas mucho peores, como no luchar, como no creer en nada, como matarme, rendirme...

Era una puta pesadilla, todo daba vueltas y la sensación de surrealisto era tal que estaba deseando despertarme, algo me decía que había roto todos mis sueños, algo me decía que no era una pesadilla, que era mi vida diaria, que aquello era lo que tenía que vivir día a día.
Miré el paquete de tabaco, la botella de sandevid medio vacía y los vasos que ya no podía sostener derramados en el suelo, miré apagado en el suelo el ultimo porro.
Me estaba matando...
Iban cuatro meses desde que decidí rendirme completamente y dejarme en manos de las drogas, algo por lo que pasaba día tras día esperando al viernes, algo por lo que ya las noches no eran entre ataques de ansiedad y gritos de odio. Llegar al viernes era lo único que deseaba y morir en el, y regalarle mi vida, y decirle "aqui me tienes, destrozame todo lo que no lo has hecho el resto de la semana"
Al principio todo iba tan bien...
Pero en aquel momento seguía allí, consciente de que no era yo la que miraba al horizonte, sin saber siquiera levantarme del suelo, pensando en mis sueños, en lo que deseaba cuando tenía 6 años, en aquella niña adorable que decía que nunca bebería ni fumaría, que nisiquiera quería tener amigos que fumaran. Cada vez estaba más segura de que era una pesadilla, que pronto despertaría, y que estaría en mi cama, que nunca habría aceptado en primer trago, ni la primera calada, ni nunca habría gastado aquellos primeros 5 euros en marihuana, que nunca habría robado a mi propia madre para poder drogarme. Que había estado mal, sí, que había perdido gente, pero había sido fuerte y lo había superado. Creía que aquello solo era un aviso, esas cosas que salen en las peliculas, despertar y cambiar mi rumbo en la vida para no acabar asi.
Pero no... Nunca desperté, porque nunca fue un sueño, porque yo estaba allí, debajo de aquel puente, sentada en una piedra, sola con lágrimas en los ojos y sin saber cuanto tiempo llevaba allí.
Arrastrandome hasta la arena, vomitando lo que llevaba dentro, para poder andar, rozandome la campanilla con los dedos y dandome puñetazos en el estómago, sola.
Porque no creí que nadie pudiera sacarme de mi agujero, porque no dejé que nadie me sacara y yo tampoco hice nada por salir, porque en vez de quedarme al borde del precipicio, cuando estaba mal, me lancé hacia abajo y me reventé contra el suelo.

Me levanté del suelo tambaleandome sin pensar en las manchas de arena de mi pantalon.
Me odié, a muerte, arañandome los brazos con cristales del suelo, del mismo suelo que pisé sonriente tantísimas veces.
Aquello no podía ser verdad, despertaría en cualquier momento, seguro. Pero no era una pesadilla.

N.

miércoles, 11 de mayo de 2011

lunes, 9 de mayo de 2011

Miss.


Ahora te comprendo, ahora comprendo tu mirada durante aquellas noches, lo que sentías, aquel desprecio, aquella decepción, aquella desilusión, todos los sueños rotos, ahora entiendo lo que sentías.
Ahora sé que a qué te referías y porqué no querías abandonarme. Ahora sé porqué los odiabas, ahora sé porqué a pesar de odiarles los admirabas.
Ahora comprendo que no quisieras irte. Ahora entiendo que te fueras.

N.

lunes, 2 de mayo de 2011

Se difuminan.


Aquellos que vienen en busca de consuelo, en busca de consejos cuando están mal, y cuando consigo sacarles una sonrisa, hacerles lo suficientemente felices por un momento, como para creer que pueden seguir, desaparecen. Se difuminan, dejan de ser los que muestran interés en lo que digo, los que piensas que estarán, igual que yo estoy, pero desaparecen, se difuminan. Pasan a ser simplemente personas cualquiera.
Aquellos a los que les he prestado mi hombro cuando necesitaban llorar, y mis abrazos cuando necesitaban sentirse seguros, esos para los que yo fui tan importante en algún momento, se difuminan. Pasan a ser, poco después, simples personas, sin miradas de complicidad, sin agradecimientos, sin contestar a tus llamadas.
Aquellos a los que les dije "Si me necesitas, ya sabes donde estoy". Son aquellos que me hacen sentir especial, útil, y luego vuelven a hacerme sentir sola, son aquellos que luego dicen que apenas me conocen, son aquellos que dicen que soy una conocida o que no soy demasiado importante, aquellos a los que les salvé de estar tan mal como sé que se está en soledad, aquellos son los que luego, se difuminan.
Y vuelven a caminar y a decir simplemente "Hola" cuando pasan por mi lado, no vuelven a preocuparse por mi, si solo fui la que pasé una noche en vela, preocupada por aquel que se difuminó por su tristeza.


N.