En ese momento, cuando fui consciente de que una parte de mí misma había muerto, me sentí rota; pero ahora que ha pasado el tiempo y soy capaz de analizarlo desde la distancia, me alegro de que fuera así. No hubieramos conseguido vivir, siendo, como éramos, un solo individuo repartido en dos cuerpos diferentes; y es que nadie que no lo haya sentido en sus propias carnes puede saber la desazón que se siente siendo una y, de golpe y porrazo, ser dos y no saber hacia dónde ir ni con un cuerpo ni con otro.
[Roberto Iniesta]
No hay comentarios:
Publicar un comentario